miércoles, 11 de junio de 2014

Help!, Koolhaas, Help!

Recuerdo Delirous NY como la reivindicación de un manhattanismo premoderno insertada en una apasionante narrativa historiográfica; construyendo, así, ese mágico Manifiesto retroactivo e inoculando un profundo recelo hacia la modernidad aun triunfante de la época. Era el año 1978 cuando se publicaba por primera vez, y arrancaba la meteórica carrera internacional del arquitecto más influyente del último cuarto de siglo XX.

36 años después Koolhaas ha tenido el honor y la responsabilidad de dirigir la 14 Bienal de Arquitectura del Venecia. No he estado allí, pero he seguido con atención la difusión mediático-digital del evento y ayer pude, incluso,  estudiar su catalogo. Es probable que se cierre un ciclo, una etapa vital de un discurso arquitectónico amplio, intenso y, sin duda, fascinante. Sin embargo, este último capítulo de la Bienal me genera una terrible inquietud que intentaré explicar. Me conduce a la duda y a la incertidumbre y, en consecuencia, me atrevo a solicitar ayuda, orientación, aclaraciones que me saquen del desasosiego. No será la mía una crítica del desacuerdo, es solo la expresión de una incomprensión.

No hay duda de que el núcleo del proyecto es Elements of Architecture, que ocupa el pabellón central, y es el resultado de dos años de investigación de un extenso equipo que incluye a AMO, Harvard, y numerosos expertos del mundo de la industria y la academia. Un equipo que ha diseccionado los elementos más característicos de las edificaciones, desarrollando estudios independientes de rigor arqueológico de cada uno de ellos por separado, para terminar componiendo con su agregación un intencionado discurso de los fundamentos arquitectónicos. En palabras del propio Koolhaas:

Elementos de la arquitectura sitúa en un microscopio los fundamentos de nuestros edificios, utilizados por cualquier arquitecto, en cualquier lugar y en cualquier momento: el suelo, la pared, el falso techo, el techo, la puerta, la ventana, la fachada, el balcón, el corredor, la chimenea, el baño, la escalera, la escalera mecánica, el ascensor y la rampa. La exposición es una selección de los momentos más reveladores, sorprendentes y desconocidos de un nuevo libro, Elements of  Architecture, que reconstruye la historia global de cada elemento. Dedicando cada una de las salas a reunir la versión antigua, pasada, presente y futura de cada uno de los elementos. Y para crear diversas experiencias, hemos recreado una serie de ambientes muy diferentes: archivo, museo, fábrica, laboratorio, maqueta, simulación ...

Ciertamente se consigue ofrecer un riguroso documental del espesor intelectual de la arquitectura sin necesidad de recurrir al protagonismo, con frecuencia recalcitrante,  del propio arquitecto. Como en uno de los lemas se manifiesta es arquitectura sin arquitectos. También se pone de manifiesto con claridad la integración de la arquitectura en lo social y lo político, su embridamiento, su servicio, su manipulación y su adaptación. Pero, cuál es el sentido último de este gran esfuerzo.

Toda bienal se ha visto comprometida por la necesidad de ser propositiva, y, con éxito variable, ha formulado propuestas que intentan dar repuesta a los problemas del presente; enfoques, compromisos, sugerencias, que también se ofrecen como vías de prospección hacia el futuro.
Sin embargo, ¿Qué es lo que aquí se está proponiendo? ¿Existe una propuesta o se renuncia a ella? ¿Se está proponiendo conducir la arquitectura hacia una labor científica y documentalista? O, ¿se adopta esta actitud investigadora para soslayar un enunciado propositivo?

¿Se estará anunciando un final de la arquitectura, o solo es el final de un director que evita el compromiso del posicionamiento y lo sustituye por, de nuevo, la revisión crítica del pasado?

Help!


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